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viernes, 26 de noviembre de 2010

QUIERO DAR MI TESTIMONIO- ROSA MÍSTICA

(Sube el volumen del reproductor
si deseas escuchar el tema)






Para hacer esta entrada no solo tuve que pensarlo mucho, sino que necesitaba tomar la decisión de hacerla, porque merece ser relatada lo más próximo en fechas como en hechos. No estará firmada con mi seudónimo sino con mi nombre completo, porque fue la persona y no "la escritora" la que vivió tan hermosa experiencia. Era fines del año 1989, trabajaba en la Clínica Rivadavia de Haedo, ocupando el puesto en el servicio de Hemoterapia como Tec. en Hemoterapia e Inmunohematología. Amaba mi lugar de trabajo, por ende organicé el Banco de Sangre porque no contaban con un espacio específico para Hemoterapia y se usaba el Laboratorio para dedicarse a la especialidad. No hay un solo paciente que olvide, todos fueron mis grandes maestros, todos eran especiales. Mis queridos pacientes eran los que me empujaban día a día a sacar fuerzas de donde no tenía para trabajar 365 días del año, en forma full time. Todo esto es probablemente un pantallazo para poder llegar donde quiero.
Estábamos por entrar a las fiestas, el reunirnos con nuestros compañeros de trabajo era maravilloso. La clínica se transformaba en un lugar mágico, al menos es
o sentía yo puesto que pasaba por las habitaciones y visitaba incluso a quienes no eran mis pacientes. Había terminado una jornada más y me dirigía a casa, pero como hacía también guardias pasivas siempre estaba en contacto con el nosocomio y me llamaban por radio; "¡¡¡ PIP PIP PI abonado 51223 comunicarse o dirigirse a la Clínica Rivadavia!!!"... era el llamado que por momentos deseaba no recibir, más aún cuando hacía apenas una hora o menos me había retirado después de 12 horas de trabajo. Pero recuerdo que más allá del cansancio nunca dejé de concurrir. Una tarde me retiré a las 20hs como de costumbre, habiendo llegado a las 8.00hs, me fijé que estuviese todo en órden antes de irme ya que en verdad no deseaba que me llamaran por error administrativo o un olvido médico acerca de alguna transfusión que quedara pendiente. _¡¡¡PIP PIP PIP abonado 51223 dirigirse a la Clínica Rivadavia!!!_, apenas había llegado hacía media hora, me dirigí al auto (el cuál ya iba solo porque conocía él más que yo de memoria el camino) y entré hecha una furia, pensé que alguna órden había quedado en manos de alguna administrativa y que no me la había dado en su debido momento. Esa noche conocí a Margarita (nombre ficticio), una paciente oncológica, la cuál me esperaba con una sonrisa, tanto ella como su familia.
_ Hola_ le dije
_Hola_ me dijo suavemente.
Ese primer "Hola" es lo que me llevará a lo que quiero TESTIMONIAR.
A partir de esa noche, la tuve de paciente durante más de nueve meses. La atendía en forma ambulatoria, como también cuando necesitaba internación. A todo esto ya habíamos entrado en el año 1990 y estábamos anotados junto con quien era mi esposo en el Juzgado para ser papás, habíamos decidido ser papás de corazón (más adelante comprenderán porque les cuento todo esto). Mientras estaba en "La dulce espera", seguía trabajando y comprando cosas para quien sería mi hijo o hija, sin saber siquiera cuando llegaría, no solo eso sino que planté en el jardín de ca
sa, justo frente a una de las ventanas de la pieza un Jazmín, el cuál desde esa época le pertenece a mi hija obviamente. Estando una tarde en la clínica, me vino a ver el esposo de Margarita, ella había partido y me trajo de regalo algo de ella, (allí fué mi primer contacto), una estampita de LA ROSA MÍSTICA.
_No puedo aceptarla_ le dije
_Sé que a Margarita le gustaría que vos la tuvieras, ella te querí
a mucho, y sé que en tus manos es a quien elegiría para que la guardes_ me dijo el esposo. Nunca más lo vi. La estampita la llevaba conmigo a todos lados, no la sacaba de mi cartera. Ese fué mi primer contacto con "La Virgen de la Rosa Mística", pero no el último. Era el comienzo de muchas manifestaciones de ella en mi vida. Habrán pasado dos meses o tres, no recuerdo con exactitud, pero sí sé que era fines de febrero de 1990 . Yo estaba en el servicio de Hemoterapia haciendo serología cuando golpean la puerta y abre el Doctor Serrano (en ese momento reemplazando al director de la Clínica Dr. Motta), aclaro que estos nombres no son ficticios. El Dr Serrano, un hombre de oración , un ser humano único, el cuál busco pero ya no lo encuentro, entró al servicio para decirme que agarre tubos de ensayo y que lo acompañe a una casa en Haedo, cuya familia que vivía allí le había avisado que la imagen de La Rosa Mística estaba llorando. Obviamente que quería que llevara tubos de ensayo para tomar muestras de las "lágrimas" y poder mandar a analizar (eso supongo, ya que jamás le pregunté).
Cuando estacionó el auto en la puerta de la casa, noté que había una multitud. El Dr. Serrano entró, saludó y fué a la cocina (creo yo) con la familia, mientras tanto yo tomaba muestras de las lágrimas de la imagen. Fue mi segundo contacto después de "l
a estampita que habían dejado en mis manos". No recuerdo más que sucedió en ese instante, creo que los rezos, la gente, ver todo aquello me dejó la mente en blanco, ya que mi recuerdo siguiente no es el de subirnos al auto y volver a la clínica, sino el de estar parada en el servicio de Hemoterapia frente a la gradilla de los tubos de ensayo. Tomé el que tenía el "líquido " obtenido de la imagen de la virgen y vertí un poco en otro, (estaba "robando"), pero antes de cerrarlo, me pasé por la cabeza, el corazón y el vientre. No decía palabra alguna, no oré, no pensé, no pedí nada. solo unté mi frente, pecho y vientre con el dedo mayor.
Golpearon la puerta.
Era el Dr Serrano
_Sil, vengo a buscar los tubos de ensayo_
_Doc, tengo que confesarle algo, saqué en otro tubo para mí, me pasé por la frente, el corazón y el vientre_ dije avergonzada
Solo me miró con una de las sonrisas más hermosas y dulces que pude ver en un HOMBRE y dijo:
_Pronto vas a ser mamá_ y se fué
¿Como sabía el Doctor Serrano que estaba a la espera de mi hijo/a si jamás lo había conversado con él?. Nunca lo sabré supongo.
Para esa misma época mi padre debía operarse y había solo dos opciones en la cirugía; una era que quedara cuadripléjico y la otra que quedara en la sala de cir
ugía ya que era una operación extremadamente peligrosa. A su vez mi hermana estaba enbarazada de 6 meses de mi segundo sobrino.
No me pregunten porque, pero salí de la clínica y rápidamente me dirigí a la confitería que estaba en la esquina del nosocomio, llamé con el teléfono público de la cafetería a mi hermana para contarle lo que me estaba pasando,
(no hice el llamado desde la clínica porque no quería que pensaran que usaba el teléfono para algo particular).
Llegué a casa, entré a la habitación de mi padre que estaba practicamente postrado a la espera de esa dichosa operación, mojé mi dedo y le pasé por la column
a.
Fui a lo de mi hermana, mojé mi dedo y le pasé por el vientre.
Ustedes se preguntarán que textura tenían "las lágrimas
", quedaban en el dedo como un suave aceite, pero no dejando una huella gruesa, era suave, transparente como nada vi en mi vida, ni la mismísima agua. Quedaba impregnada en la piel como nada pude experimentar anteriormente.
A los diez días nos llamaron (después de una larga espera), del juzgado. Ya éramos papás.
Mi padre fue operado y ni los médicos podían creer los resultados de la cirugía, más aún, a partir de ese momento mi padre se hizo creyente de "La Rosa Mística". A los 3 meses nació mi sobrino bellísimo y sin problemas.
Mi hija, Florencia María (nombre el cuál le puse por el florecer de María), era la misma niñita que soñé.
Mi padre, el primer día de la madre, me regaló otra estatuilla de La Rosa Mística. A los dos meses me entero que llegaba mi hijo Germán, (significa hermano), pasé un embarazo con Flor en upa. Feliz con mi hija y con el que venía en camino.
¿Que pasó con el tubo de ensayo donde guardé las lágrimas?. Lo había guardado protegido en un monedero de cuero y puesto este en el primer cajón del chifonier de Flor. Cuando fui a verlo a los meses, estaba totalmente destruido, pero en los pedacitos de vidrio (y aún puesto el tapón de goma en lo que quedaba del tubo) quedaban pequeñas gotitas
, parecían brillantitos.
Cuando tuve oportunidad de conversarlo con el párroco de la Iglesia de Betharran , la cuál pertenece a mi pueblo, me dijo:
_La función de la Virgen era que tu hija llegara a vos_
¿Que más puedo sumar a todo esto?. Olor a Rosas, e
n momentos y lugares inesperados.
Mucho más podría contarles, pero al menos quise relatar (espero haberlo hecho adecuadamente) lo que viví, vivimos mis hijos y yo.
Una vez una gran amiga mia, Norma, al enterarse de esto me dijo que lo comentara, le dije en ese momento que no sabía como empezar. Siempre cuento cuando puedo y a quien pueda MI TESTIMONIO, me costó mucho poder ir parte por parte, sin extenderme mucho y a la vez que sea claro el relato testimonial.
A medida que trataba de relatarles lo más claramente posible todo esto, las imágenes (que jamás se me van de mi mente ni de mi corazón) aparecían a borbotones, por momentos temí no saber como seguir porque en verdad les digo mis queridos amigos, "ES ALGO ÚNICO".
Puse algunas fotos para mostrarles, la estampita que dejaron en
mis manos, la estatuilla que me regaló mi adorado padre, el jazmín de Flor que en esta época está totalmente florecido.

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MIS DOS SOLES


Lamento no recordar el nombre de la familia de la casa de Haedo. Con respecto al Doctor Serrano, tengo la esperanza que lea esto y me pueda contactar

Silvana Rita Marchese